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martes, 13 de octubre de 2009

Obama, Nobel de la Paz

Dejé de creer en los premios Nobel el 14 de junio de 1986. Jorge Luis Borges había fallecido en la ciudad de Ginebra sin recibir el Nobel de Literatura. Posiblemente habría mucho que discutir sobre sus ideales políticos, pero su obra literaria no tiene parangón alguno con cualquier autor contemporáneo en lengua castellana. La Academia sueca nos brindó, la semana pasada, otro guiño al surrealismo del absurdo otorgando el Premio Nobel de la Paz al presidente de los EE.UU. Barak Hussein Obama. Cuando lleva sólo nueve meses de inquilino en la Casa Blanca, se le premia por un programa electoral, por un proyecto, por una quimera de difícil materialización en el país más chauvinista del planeta. Entre las promesas de su programa destacan la nueva ley de sanidad y la desaparición del centro penitenciario de Guantánamo. Guantánamo es uno de esos puntos del planeta Tierra donde la humanidad debe sentir vergüenza. Las torturas, malos tratos, vejaciones y humillaciones que deben sufrir los que aún no han tenido un juicio, son tan aberrantes que cualquier alma justa debería repudiar todo lo que allí se ha promovido en nombre de la religión y la patria. Sin embargo, no siempre fue Guantánamo un recinto privado del diablo. Allí nació la más famosa y linda canción de Cuba: Guantamera. Nos dice Karina Rodríguez en su artículo "La Guantanamera: Historia ¿Conclusa?", que la canción surgió en Guantánamo un sábado de julio de 1929, durante el cual un grupo de amigos se encontraba trabajando, mientras cantaban. Entre ellos se encontraba Herminio García Wilson, panadero de profesión, al que apodaban “El Diablo”. El grupo de amigos vio pasar a una mujer hermosa y la piropearon cortésmente, según dijo el propio Wilson. Ésta respondió ofendida, por lo que uno de ellos exclamó "¡Eh, qué se habrá figurado la guajira guantanamera esta!". Wilson buscó una música para acompañar la exclamación de su amigo, y la tocó esa misma noche durante una fiesta en casa de Silverio Bosch Dubois. A partir de entonces han sido muchos los que han versionado esta maravillosa canción: Celia Cruz, Compay Segundo, los Paraguayos, Julio Iglesias y el mejor cantante de folk norteamericano de todos los tiempos: Pete Seeger. No estaría mal, que el flamante premio Nobel de la Paz la supiera al menos tararear mientras desmantela tanta miseria humana en tan pocos metros cuadrados.


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