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domingo, 30 de enero de 2011

Cascada de Goteras

Señor ministro del gobierno de España, señor alcalde de la otra Isla de León.

No sé si sabrán que la pequeña extensión de tierra que cubre el gran océano que me circunda, adolece de cualquier accidente geográfico que pudiera dar a La Isla Misteriosa una vistas dignas de sus ojos. No hay montañas ni colinas donde pueda descansar el sol al atardecer. No existen costas escarpadas donde el mar muestre sus tirabuzones de rabia. En la Isla Misteriosa no existe ni siquiera una cuesta que subir o bajar para perseguir la sombra de la Reina. No hay valles, ni terrazas, ni manantiales, ni lagos, ni cuevas.

Por todo ello y entendiendo que para vosotros es motivo de bochorno y vergüenza, os pediría, humildemente, la cesión y el empréstito definitivo de esa maravillosa cascada que pude contemplar y visitar esta semana en la estación de trenes de La Isla. Para vosotros sólo son unas simples goteras y en La Isla Misteriosa quedarían coquetas y pintorescas. Mi Reina y yo, os lo agradeceríamos eternamente.


Esa gran y gigantesca obra de ingeniería, digna de ubicarse en el mismísimo Monte Olimpo, no necesita ese "accidente" geográfico ya que, desde mi humilde opinión, la afean y la convierten en una obra propia de arquitectos mortales.


Fue el mismo día de la inauguración de la estación cuando grabé estas singulares imágenes.
Inauguración matinal y cascada en el ocaso.

Vergüenza, si la tenéis, para vosotros. Alegría y orgullo para La Isla Misteriosa.


1 comentario:

  1. :)

    ha! esos espacios del olvido, los residuos, tienen una magia única.

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