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viernes, 14 de enero de 2011

Para mi otra Isla


!Qué extraño mi planeta! !Qué extraños movimientos de traslación y rotación del astro donde me engendraron! A pesar de que la estrella primaria brilla para todos, el calor y los arco-iris sólo cobijan a los bienaventurados capaces de crear sombras.

Ese trozo de tierra se muere y sólo sabemos unir notas musicales para convertir el silencio en un idioma más, bajo la rocosa Torre de Babel. Los impíos, los desventurados, los desamparados, los menesterosos y las víctimas del castigo que sin piedad les infringe el núcleo terrestre, no cantan. Ni siquiera oyen la música que los vientos alisios les regalan de esta guisa tan aciaga. Los desafinados cantos de sirena llegan a la Isla.

Si de algo sirve y para algo sirve... ... ..- !Ay Haití!




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