Esta vez era distinto.
Sus ojos y sus labios jugaban a no estar y a no ser.
No supo ni pudo articular palabra cuando entró en la clase.
La profesora y los alumnos advirtieron rápidamente el inusual momento de trance por el que parecía pasar Rodolfo.
Rígido y con la mirada perdida se dirigió a su mesa.
Se sentó y miró fijamente a su inseparable Matilda que parecía entender lo que ni tan siquiera el que les escribe entendía.
Rodolfo sólo pudo articular una frase.
Una frase ininteligible en la que parecía hablar del otoño
Ya van dos posts dedicados al "otoño" y estamos en primavera...¿me pregunto quién será?
ResponderEliminarhe tenido...vas a tener que ayudarnos mas!
ResponderEliminarHe tendido mis versos a tu oido, o algo así.
ResponderEliminarClaudio, me has impresionado.
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