!Me muero de calor! Hasta los cojones del astro rey. Mierda de solsticio de verano y de la madre que lo trajo al mundo en aquella gran explosión.
Desvarío. Me vuelvo loco con estas temperatuas que alcanzan a comunicar mi Isla Misteriosa con el epicentro nuclear terrestre. No consigo recordar fechas, ni imágenes, ni películas, ni canciones. Grados, mercurios y espejos de cristales negros, que trasladan mi alma por el desierto de mi espalda hasta llegar a defecarla entre semen y leche coagulada.
Me muero de Calor. La Isla Misteriosa repleta e inundada de cangrejos panzas arriba, anaranjados y malolientes. Todos, cocidos en su propio líquido interno. Estrellas de mar petrificadas y humeantes de carbón oleaginoso. Aves pegadas a las ramas con alquitrán viscoso, negro y asfáltico. Asco del fuego celeste. !Hasta los huevos! de la canícula y del puñetero clavo que vas horadando en mi sien. No te basta con mis lamentos ni con mis gritos implorando agua y piedad. No te basta con mi lengua hinchada, seca y ardiente. No te basta con mi boca inundada de polvo, sal y vinagre. No te basta con mi puto sudor de perro a punto de vomitar ni con mi vigilia en la que King-Kong gruñe sobre los desiertos que dibujaste.
!Hijos de perra!. Rayos solares de coronas de arcadas. Todo para mi, para La Isla Misteriosa, ¿verdad? Os maldigo y juro ante el dios de los cristianos que nunca os adoraré.
Sangre hirviendo que se me licua cada uno de los millones de glóbulos que... ... ...poco a poco... ... ...consiguen... ... ...que pierda la... ... ...conciencia.
No sé... ... ...de qué hablo,
no sé a quien... ... ...me dirijo,
no sé... ... ..., pero creo que me estoy muriendo de calor. De un bíblico y definitivo calor que me provoca... ... ...desvaríos.
Desvarío. Me vuelvo loco con estas temperatuas que alcanzan a comunicar mi Isla Misteriosa con el epicentro nuclear terrestre. No consigo recordar fechas, ni imágenes, ni películas, ni canciones. Grados, mercurios y espejos de cristales negros, que trasladan mi alma por el desierto de mi espalda hasta llegar a defecarla entre semen y leche coagulada.
Me muero de Calor. La Isla Misteriosa repleta e inundada de cangrejos panzas arriba, anaranjados y malolientes. Todos, cocidos en su propio líquido interno. Estrellas de mar petrificadas y humeantes de carbón oleaginoso. Aves pegadas a las ramas con alquitrán viscoso, negro y asfáltico. Asco del fuego celeste. !Hasta los huevos! de la canícula y del puñetero clavo que vas horadando en mi sien. No te basta con mis lamentos ni con mis gritos implorando agua y piedad. No te basta con mi lengua hinchada, seca y ardiente. No te basta con mi boca inundada de polvo, sal y vinagre. No te basta con mi puto sudor de perro a punto de vomitar ni con mi vigilia en la que King-Kong gruñe sobre los desiertos que dibujaste.
!Hijos de perra!. Rayos solares de coronas de arcadas. Todo para mi, para La Isla Misteriosa, ¿verdad? Os maldigo y juro ante el dios de los cristianos que nunca os adoraré.
Sangre hirviendo que se me licua cada uno de los millones de glóbulos que... ... ...poco a poco... ... ...consiguen... ... ...que pierda la... ... ...conciencia.
No sé... ... ...de qué hablo,
no sé a quien... ... ...me dirijo,
no sé... ... ..., pero creo que me estoy muriendo de calor. De un bíblico y definitivo calor que me provoca... ... ...desvaríos.
ssshhiiii!!ni se te ocurra hacerlo enfadar, en mi isla nos pasamos todo el invierno esperandolo.
ResponderEliminarUna imagen desoladora la que nos presentas, puedo ver a esos cangrejos sonrosados panza arriba. Yo soy amante del verano pero visto así...rezaré contigo para que llueva y devuelva el ansiada agua a tu, ahora, árida y desértica isla. Y pobres aves, no quiero ni pensar qué será de los peces.
ResponderEliminarqué contradicción que se apellide morena siendo tan rubia, no? los militares sí que están encendíos, llameando. anyway. por mi que vuelva octubre mañana mismo. lo firmo ya.
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