El Ejército de Cambises

De madrugada pude oír claramente las palabras que el viento de levante me susurraba al oído. Me hablaba de un poderoso ejército aqueménida dispuesto a invadir las tierras y las arenas de mi pequeña ínsula. Enormes trirremes persas habían transportado hasta mis orillas cientos de cuadrigas, arqueros, infantes y una caballería dispuesta a salvar las grandes dunas que circundan La Isla Misteriosa para anexionarla al gran Imperio de Cambises. Salí de mi templo, miré alrededor y suspiré con alivio. Las huestes del rey persa habían sido derrotadas por el enfurecido viento de levante. La gran maldición del ejército de Cambises volvía a repetirse, esta vez, en las dunas de La Isla Misteriosa.