Licores

Empiezan a crujir mis babas. Mal síntoma. Mal presagio. Odio la arena de esta Isla Misteriosa aunque me revuelva en ella consiguiendo derramar todo mi esperma dentro de sus dunas. Quiero escapar de estos cañaverales amargos, estas lomas ardientes y estos valles infernales. Empiezan a crujir mis babas y eso es mal presagio. Hundiré La Isla Misteriosa, la ahogaré y la sumergiré hasta donde los dioses abisales me lo permitan. Hundir la Isla hasta donde las sirenas dejen de martillearme con sus cantos. Quiero salir de aquí cuanto antes... ... ... y acercarme y olerte y mirarte y saber si derramas otoños cuando te excitas y si son hostiles tus labios cuando mi boca te los coma. Quiero hurgar en tu cueva y bañarme en sus mareas. Saber si son húmedos tus pétalos de carne y si salados los licores que impregnen mi lengua cuando te lama entre las piernas. Quiero salir de aquí y calentar tus fríos y congelar tu sombra. Quiero hacer desaparecer la misteriosa isla que me ha colmado de estúpidas y miserables vanidades. Sólo existo porque me lees y porque me sientes cuando aprisiono vocales, comas, diéresis, consonantes y mayúsculas. Sólo por éso.

De hielo, de frío y de muerte devorada por vivos. Así desaparecerá La Isla Misteriosa