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domingo, 25 de diciembre de 2011

Tus Infinitas Piernas


Pensaba en ella... ... ...y en Miguel.

He sudado esta noche como creo que nunca lo había hecho. Mi espalda era una marea de océanos donde los pelícanos, después de visualizar su presa, se arrojaban en picado para atrapar su alimento en un certero disparo. Engullir batracios pensando que son peces no es muy placentero para el paladar. Los sabores engañados, no son sabores. ¿O sí?

Siempre me pregunté si tu sabor era más dulce que salado. Sabes, porque sé que lo sueñas, que adoro el sabor de tus muslos cuando sudan. Mi espalda son océanos, pero tus muslos... ... ...son saltos de cien metros de cloruro sódico. ¿Sabes que, sin tu saberlo, te imagino durmiendo? En esos momentos resulta tan sencillo abrirte las piernas. Construyo, entonces, un laberinto de musgos y líquenes entre ellas. No muy alto, apenas diez centímetros por encima de las sábanas. En cada ángulo del laberinto coloco con mucho mimo pequeñísimas bolitas de miel y sal. Luego, mis dedos y mi lengua, se disputan la posición de salida y decido que ambos partan a la vez. El musgo, las bolitas de miel, el líquen, la sal y el sabor de tus piernas confunden a mi lengua que mágicamente comienza a estirarse y a dividirse en dos apéndices vipéridos. Los dedos no entienden de sabores, pero se dilatan... ... ...y convierten sus yemas en millones de líneas capaces de captar tu temperatura cuando respiras por la piel. Sudas... ... ...y devoro con lento ahínco cada microscópica gotita que genera tu piel. La sal que se incrusta en la dermis queda viva en tu carne. Cristales, espejos, vidrios y lunas son alimento del minotauro que dormita entre mis dedos. Se estrechan los muslos y se adornan las tormentas. Piel imantada por un solitario núcleo. El principio del universo donde las estrellas, como minerales salados, estallan de calor. Briznas de piel en gotas opacas de rocío. Pétalos de viento caliente sahariano. Agua y mar... ... ...y orillas de playas con olas de sangre licuada.

Y termino derrotado... ... ...e invencible.

He sudado esta noche... ... ...como nunca antes había sudado.



5 comentarios:

  1. muy interesante lo que escribes, me volveré a pasar seguro...un saludo desde mi celda.

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  2. Hay una canción de Rosana que me recuerda tu post,
    Te busco en la noche
    te encuentro entre sueños ...

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  3. Creo que nunca habías escrito nada tan extenso. Será que realmente tenía (o tiene) las piernas muy largas. Espero que en este nuevo año próximo puedas recorrer el trayecto muchas veces.

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  4. y yo solo pense en una canción... "nada como transitar por el tunel de tus piernas..."

    vaya suerte

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  5. Y yo pienso en tus palabras y en Neruda:

    "Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
    Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
    Hasta te creo dueña del universo.
    Te traeré de las montañas flores alegres, copihues, avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.

    Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos".

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