El Asedio

Esta misma tarde he terminado de leer el último libro de Pérez Reverte: El Asedio. Buen libro. Muy bien documentado. Cádiz de 1811-1812. Las Cortes, reunidas en el oratorio de San Felipe Neri, ultiman los flecos de la Constitución que será conocida con el nombre de La Pepa. Historias paralelas de personajes que entrecruzan sus destinos. Asesinatos que trata de descubrir el policía Rogelio Tizón. Lolita Palma, señorita gaditana dedicada a administrar los negocios familiares sin dar paso ni preferencia a los sentimientos y al amor. Fumagal, el taxidermista colaboracionista con los franceses. Felipe Mojarra, isleño salinero dedicado por circunstancias históricas a la guerrilla contra los franceses. Pepe Lobo, capitán corsario cuya vida se la dedica exclusivamente a la mar. Otros personajes: Simón Desfosseux, Ricardo Maraña, Hipólito Barrull.

Me quedo, y no por chauvinismo, con Felipe Mojarra. Personaje derrotado, perdedor y cuya vida le ha castigado desde que nació. Lucha contra la naturaleza para sacar sal del mar, lucha contra los franceses por estar asediada su ciudad, lucha contra la administración al no verse recompensado por su valentía, lucha contra el destino familiar por motivos que omito.

El otro personaje que más me seduce, el taxidermista. Fumagal, el afrancesado solitario y espía del ejército vecino. Fumagal, un hombre harto de la España que le ha tocado vivir. El reino de España ha tocado fondo con la familia borbona. La religión, la incultura del pueblo que contempla con displicencia y la pobreza en valores de una nación que es capaz de luchar contra los invasores, pero que no se levanta contra el peor rey que ha conocido la historia de España, le han convertido en un colaboracionista y espía con los franceses. La frase: "Ojalá llegue la guillotina" es significativa.

Personalmente, siempre pensé que ojalá hubiésemos perdido la contienda contra los gabachos. Os aseguro que otro gallo, nunca mejor dicho, nos hubiera cantado en los decenios y siglos siguientes. Ellos tenían la Encyclopédie y nosotros nos vanagloriabamos con la frase "Vivan las Cadenas". Nos hubiéramos ahorrado a un rey felón, una Isabel II más preocupada por sus amantes que por su país, los Alfonsos inoperantes y los asesinos franquistas.

El único "pero" que le pongo a la novela, evidentemente, no lo voy a decir. Sería destripar la novela. Ese "pero" se desarrolla en el último capítulo y...............perdón, mejor me callo.

Pérez Reverte presenta su nueva novela: ’El asedio’