Hombre normal que por un momento
cruzas tu vida con la del esperpento
has de saber que no fue por matar al pelícano
sino por nada por lo que yazgo aquí entre otros sepulcros
y que a nada sino al azar y a ninguna voluntad sagrada
de demonio o dios debo mi ruina.
cruzas tu vida con la del esperpento
has de saber que no fue por matar al pelícano
sino por nada por lo que yazgo aquí entre otros sepulcros
y que a nada sino al azar y a ninguna voluntad sagrada
de demonio o dios debo mi ruina.
Buena reflexión de un pobre loco capaz de saber que está loco y de asumir su miseria de manera tan responsable que parece como si realmente no estuviera loco. ¿Lo está?
ResponderEliminarPor otro lado.... La verdad es la verdad, la diga Agamenón o La Isla Misteriosa. No obstante, la mía lubrica cada rincón del cielo. Gracias a este fenómeno, sin parangón alguno en la naturaleza, las hormigas han llegado a comer el corazón de mi amigo Rodolfo. ¿Esa es mi verdad?, seguro que pensarás que no. Pero te equivocas. ¿O no? ENIGMATICO. ¿QUIEN ES RODOLFO?
Rodolfo...?. No me preguntes éso, mi querido Ignacio. Rodolfo es arena, viento y desierto. Rodolfo es un diamante y el diamante es un súplica
ResponderEliminarque tú inyectas en mi carne.
Es un honor que visites, que leas y que participes en mi blog. Un millón de gracias y diamantes. Rodolfo también sabrá agradecértelo.