Seguidores

domingo, 9 de enero de 2011

... ... ...


Desde el principio advertí el mísero tiempo que me resta de vida. No habrá posibilidad de mirar las estrellas, ni tumbarme en un campo de amapolas, ni sentir el frío de los inviernos. No podré besar labios de miel, ni acariciar almas conquistadas, ni conocer el sudor de un cuerpo asfixiado por mis brazos. Buscando tu inmortalidad me has convertido, sólo, en un proyecto de existencia. No dejarás que ni tan siquiera pronuncie mi nombre. Puedes sentirte orgulloso, ávido escritor de tres al cuarto, de haber tenido la genial idea de imaginar este repugnante microrrelato en el que me has concebido como protagonista. Miserable autor de egoísmo, narcisismo y egolatría sórdida y avarienta. Maldigo tu engendro de cuento en el que has colocado mi existencia. Mi vida, mi pasado y mi presente pasarán en un instante, en un suspiro de sólo ciento ochenta y seis palabras. Tu mente siniestra me crea y a la vez me destruye en estos quince atrapados renglones. Ojalá nadie lea este relato y nadie sepa de mi dolor. Ojalá mi sufrimiento sea tu definitiva derrota. Mi final se acerca... … … … y muero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ecos en La Isla