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domingo, 27 de febrero de 2011

LIBIA






Nadie hablaba de lo que realmente tenían que hablar cada vez que el loco Gadafi visitaba un país "occidental y civilizado" Nadie hablaba del genocidio, de la miseria del pueblo libio y de la falta de libertades. Por el contrario, la prensa occidental sólo se hacía eco de la jaima en la que se alojaría en sus visitas, de la camella cuya leche fresca bebería cada mañana y de la protección de una guardia personal de treinta vírgenes entrenadas para matar.
Gadafi lleva, para nuestra vergüenza, cuarenta años en el poder. Ha hecho falta la muerte de miles de libios para que todos comprobemos el fariseismo y la vergonzosa postura de mirar hacia otro lado de las mal llamadas democracias occidentales. Asco de todas ellas.

La Isla Misteriosa abre sus fronteras para todos aquellos libios que necesiten pan, libertad, justicia y paz.

2 comentarios:

  1. Hay que hablar de lo que compensa. Que tapar las miserias concede mas votos.

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  2. Ese genocida no puede seguir pisando los derechos del pueblo Libio

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